Eres autónomo, un primer gran mérito por tu parte y que hay que aplaudir porque fácil, está muy lejos de serlo. Has decidido, sea cual sea tu escenario (con hijos / sin hijos), irte de vacaciones, segundo gran logro. Y ahora, estás en tu destino y… No eres capaz de desconectar. Te da un miedo terrible a dejar unos días el control vaya a ser que… Miles de cosas. Veamos qué nos ocurre a los autónomos cuando nos vamos de vacaciones y esa relación con el miedo.
El miedo del autónomo
El autónomo vive asustado, con miedo constante. Eso es así y quien diga lo contrario es porque tiene otro escenario añadido y que ayuda al margen de ser autónomo. Por muy bien que te vayan las cosas como autónomo, siempre tenemos miedo: miedo a perder un cliente, miedo a no llegar con todo, miedo a Hacienda, miedo a estar haciéndolo mal, miedo al futuro, miedo a estar dejando nuestra vida personal apartada, miedo a ponernos malos y no poder trabajar… Miedo. Todo el tiempo, miedo.
Es algo súper potente y que nos cuesta muchísimo no ya eliminar, porque eso no creo que sea viable si somos responsable sino ya, minimizar y controlar. El miedo está y nos acompaña como la cuota mensual de autónomo que cada día 30 nos taladra.
El miedo en el autónomo va ligado al puesto y sabemos que siempre está ahí. ¿Qué podemos hacer con él? Pues aprender técnicas para controlarlo y crear escenarios saludables pero de esto, ya hablaremos más extensamente cuando volvamos de vacaciones.
Las vacaciones y el autónomo
Ahora, como ya venimos escribiendo, estamos de vacaciones. Somos autónomos y hemos decidido que sí, que es el mejor momento para irnos unos días de vacaciones. Porque además de autónomos somos personas que necesitamos descansar y parar nuestra cabeza alejándola de la rutina habitual.
Hasta los niños necesitan vacaciones del colegio, imagina un autónomo que tiene encima no sólo su negocio sino además su vida adulta que llevar e intentar (esperemos que también conseguirlo), ser feliz.
Por eso hay que irse de vacaciones aunque sea quedándose en casa si no se puede ir a ningún otro lugar y disfrutar de estar tranquilos, de hacer eso que nos apetece y nos llena, de descansar.
Como autónomo, sabemos que esto de coger vacaciones es más difícil porque la responsabilidad sobre nuestro negocio, nos tiene “atados” completamente. Y además, que como muchos podemos controlar nuestro negocio de forma remota – online, esto de desconectar se hace mucho más difícil y siempre echamos una ojeada al mail, redes, etc.
Por eso, el reto de las vacaciones en un autónomo es muchísimo mayor pero hay que ponerse a ello y ser firmes con nosotros mismos. Para poder irte de forma saludable, te recomiendo estos pasos previos:
- Deja todo lo que puedas hecho antes de irte.
- Avisa a tus clientes de que te vas unos días: todo el mundo lo entiende.
- Mentalízate tú mismo de que son tus merecidas vacaciones.
El miedo a desconectar en las vacaciones del autónomo
De repente, querido autónomo / a te ves que has conseguido todo lo anterior. Has cerrado todo bien, tienes las maletas hechas y el destino te espera, tus clientes están avisados y tú tranquilo… Y te vas de vacaciones.
¿Qué ocurre? Que te olvidaste de dejar en tierra al miedo. Ese se metió el primero no en la maleta que va en bodega o en el maletero, no. El miedo está en tu bolso – mochila de mano. En tus bolsillos para ser más exactos. Está contigo, va contigo y no te deja respirar ni un instante.
En el momento que estás marchándote empiezan los miedos a “taladrarte” literalmente el corazón y la cabeza. No paras, no puedes parar e incluso hay quien sufre de ansiedad cuando está de vacaciones y llega hasta a volver antes.
Pero, ¿miedo a qué? Te estarás preguntando si aún no eres autónomo. Si lo has dejado todo hecho, si tus clientes están avisados, si sólo son unos días y todo el mundo está de vacaciones… ¡Miedo a todo! El miedo es absolutamente irracional. Por eso se llama miedo. El miedo más potente aparece incluso sin razón aparente y sustento.
El miedo más habitual del autónomo en vacaciones es a perder clientes y que cuando vuelvas, ya no tengas negocio. Te lo digo porque yo lo vivo cada vez que desconecto dos días. Eso es así. Nos pasa. Aunque sean clientes con los que llevamos mucho tiempo trabajando y hay una fuerte relación de confianza.
Y es que pensamos, tenemos la sensación como con las parejas, que si nos vamos, no se acordarán de todo lo bueno que les damos y nos van a sustituir por otra más guapa que aparezca. Sí, esto es así. No es racional repito. Y en ese momento, empezamos a hacer lo que no debemos hacer: tener ideas para ese cliente, leer y revisar el mail constantemente por si nos has escrito algo (no sé qué nos vas a escribir un cliente saludable que sepa que estás de vacaciones…), ver las webs de búsquedas de freelances por si están buscándote sustituto… Verás que puedes llegar a hacer las cosas más absurdas del mundo mundial.
Entiendo perfectamente y no estamos aquí para juzgar ese miedo porque dependiendo del tipo de negocio – servicio que prestes, es más o menos difícil controlar ese miedo irracional. Y también va a influir tu personalidad y el momento de tu negocio. Por esto, nuestro consejo es que intentes antes de irte, trabajarte todo lo que puedas tu entorno profesional como autónomo para minimizar los motivos por los que ese miedo aparecerá y se apoderará de tus vacaciones.
A la vuelta… Todo estará igual, de verdad. De eso te hablo en unos días. Y lo único malo que habrá ocurrido es que no habrás aprovechado tus días de vacaciones. Disfruta y lo que tenga que ser a la vuelta, ya lo atajarás entonces.